Cultura Impopular

El blog de Espop Ediciones

domingo 30 de octubre de 2011

La mejor novela de horror (que no has leído)

El mejor escritor de horror al que nunca has leído. Así definía esta semana a Todd Grimson el crítico Damien Walter en esta columna para The Guardian dedicada a su novela Acero, la cual califica como «la mejor novela sobre vampiros jamás escrita». Desde el momento de su publicación, Grimson ha ido adquiriendo una talla de verdadero autor de culto que ahora, más de diez años después, parece a punto de experimentar un repentino auge de popularidad en el mercado anglosajón gracias a la reedición casi simultánea de sus dos novelas de género, Acero y Brand New Cherry Flavor. Parece evidente que sus antiguos fans, o al menos aquellos que ahora trabajan en medios de comunicación, llevaban tiempo buscando una excusa para hablar largo y tendido sobre su obra (véase como ejemplo este excelente artículo de Nick Antosca aparecido hace un par de semanas en The Paris Review). Aunque me parece que aquí tendremos que esperar sentados a que se dé un fenómeno similar, como la esperanza es lo último que se pierde, os dejo un par de párrafos de la reseña de Damien Walter, a ver si os pica el interés.

* * *

En el fondo, las historias de vampiros hablan de nuestro deseo de morder a, o ser mordidos por, quienquiera que deseemos, cuando sea que lo deseemos. Con Acero, Todd Grimson se dispuso a escribir «la última y definitiva novela de vampiros». Y lo consiguió. Ambientada en los noventa, con un Los Ángeles podrido de sexo, drogas y rock alternativo como telón de fondo, Acero sigue a Justine, una joven de 400 años que padece una extraña enfermedad glandular que le alarga la vida pero le obliga a recibir transfusiones de sangre regularmente, y a Keith, un músico de rock con las manos tan destrozadas como su vida tras el suicidio de su novia. Un reparto de marginados sociales en un sórdido ambiente californiano dista de ser algo único en la ficción vampírica, pero es en los detalles donde Acero deslumbra.
Los Ángeles proporciona una piedra angular para el expedito estilo literario de Todd Grimson, que en algunas secciones de la novela adopta el estilo negro de James Ellroy y otros autores asociados con la ciudad. Adjetivos como «parco» y «minimalista» son demasiado recurrentes a la hora de describir la prosa de Grimson, al igual que sucede con la de su famoso coetáneo Bret Easton Ellis. Se puede establecer una clara comparación entre ambos escritores: los dos abordan temas de alienación y sociopatía y reflejan la psicología de sus personajes mediante una prosa dura como el diamante. Pero mientras que una exposición prolongada a Easton Ellis pronto revela la desapegada voz del autor repitiéndose libro tras libro, Grimson expone los corazones palpitantes de sus personajes, incluso los de los no muertos.
Como sus personajes vampíricos, Acero es una novela que va ganando fuerza con el paso del tiempo. Hoy en día vivimos obsesionados con la figura del vampiro porque representa el ideal de nuestra cultura. Bello y resplandeciente. Eternamente joven. Inmune a la emoción y a otras fragilidades humanes. No sujeto ni a la muerte. El vampiro es en gran medida como la imagen que nos venden de nosotros mismos en la publicidad y las películas. Por fuerte que fuese esa cultura en los noventa, no ha hecho sino intensificarse hoy en día. Acero es una novela que aguarda a ser redescubierta por una generación obsesionada con su propia imagen aunque le cueste el alma.

Libros , , 6 comentarios

domingo 25 de abril de 2010

Todd Grimson: Romanticismo cruel

Todd Grimson. Foto: Elizabeth Eldridge.

Acero, de Todd Grimson, está considerada en el mundo anglosajón una de las mejores y más injustamente ignoradas novelas de vampiros jamás escritas; un clásico de culto que, al igual que su novela Brand New Cherry Flavor, sigue reapareciendo con regularidad en blogs y foros especializados cada vez que un lector consigue hacerse con un ejemplar y se queda arrebatado por su intensidad y su romanticismo crudo y sanguinolento. Teniendo en cuenta la asombrosa escasez de información que existe sobre Todd en Internet, decidí aprovechar el lanzamiento de nuestra edición en español de su novela para mantener con él la siguiente charla.

Han pasado trece años desde la primera publicación de Acero. ¿Cómo crees que destaca tu novela frente a esta nueva corriente de vampiros castos, adolescentes y asexuados que triunfa hoy en día?
No he seguido para nada toda esta última moda de narrativa vampírica, por lo que puede que en realidad sea mucho mejor de lo que parece a primera vista, aunque no es eso lo que me han contado. El caso es que, mientras la estaba escribiendo, estaba convencido de que Acero sería la novela que básicamente acabaría con el género, que sería la última y mejor novela de vampiros de la historia. Sé que era una pretensión absurda, pero no me importa parecer absurdo.

En Acero salen vampiros y en Brand New Cherry Flavor zombis. ¿Qué cosas te aportan como escritor estos iconos del horror?
Empecé intentando sistematizar una cosa que en ocasiones me parecía haber logrado en algunos de mis cuentos, que era ser capaz de transmitir una sensación como de estar soñando despierto, pero en una narración más larga. Quería desarrollar una idea que entrara de lleno en lo que entonces consideraba un “realismo cinematográfico”, un concepto evidentemente emparentado con el “realismo mágico”, que podríamos describir de manera básica como La vida + Efectos especiales. Teniendo en cuenta que la imaginación de los lectores modernos está completamente infectada por el lenguaje y el vocabulario del cine, y que mis propios sueños suelen ser muy vívidos y cinematográficos, todo esto parecía tener cierto sentido. Acero tuvo su origen en un sueño. A medida que iba escribiendo la novela, la visión original se vio reforzada por otros sueños marcados por las imágenes que en aquel momento me obsesionaban.

Diario de un cura rural, de Robert Bresson.

¿Había un intento deliberado por tu parte de redefinir el género con Acero o lo de los vampiros era sólo un buen modo de aportar un elemento de intensidad a lo que de otro modo podría haber sido una historia de amor bastante sencilla?
Quería escribir la última y definitiva novela de vampiros. Me leí todo lo que había en aquel momento y me tiré un mes rumiándolo. En Entrevista con el vampiro, Anne Rice tiene a tres vampiros que viven en Nueva Orleans a primeros del siglo XIX, cada uno de los cuales mata supuestamente a una persona cada noche. Eso son más de mil cadáveres al año en un momento en el que la población de aquella ciudad era mucho menor que la actual. ¿Y quieres decirme que nadie se da cuenta? Me pareció ridículo y, peor aún, nada interesante. ¿Cuánta sangre necesitarían consumir cada día? Yo había trabajado en una unidad de cuidados intensivos y estaba íntimamente familiarizado con la sangre y la muerte, por lo que empecé a pensar: ¿y si el vampiro evitara las reveladoras mordeduras en el cuello, poseyera un ligero poder hipnótico, no fuera igual de fuerte que un superhéroe y sólo extrajera la sangre justa para vivir? ¿Digamos la cantidad equivalente a un plato de sopa? La víctima sobreviviría la mayor parte de las veces. Comenté distintas posibilidades con un médico amigo mío. Existe una condición médica que requiere de frecuentes transfusiones de sangre, otra en la que el paciente puede padecer hipersensibilidad ante los rayos ultravioleta del sol. Se ha postulado que la acumulación de “agua pesada” en el cuerpo es lo que provoca el envejecimiento y finalmente la muerte. ¿Podría ser que una enfermedad tuviera un efecto secundario positivo, quizá relacionado con el bazo o con la glándula tiroides, que regulara el organismo? No es del todo imposible. Puede que no sea probable, pero al menos para lo que yo pretendía nos acercaba a un terreno de mayor realidad. En el libro apenas se hace referencia a ningún tipo de poderes sobrenaturales. Justine puede morir. Y si te muerde en el cuello, no mueres de inmediato. Ni siquiera el veneno de la serpiente de cascabel es tan rápido.

La pasión de Beatriz, de Bertrand Tavernier, con Julie Delpy.

Para tratarse de una novela corta, utilizas muchos personajes y situaciones, creando un mosaico de narrativas, algunas de las cuales, como el episodio ambientado en los años cincuenta o el rodaje de la película en 1969, parecen casi cuentos cortos. ¿Te resultó difícil manejar todos los elementos sin perder de vista la historia principal?
No quería que Justine tuviera 400 años de sabiduría acumulada, ya que de ese modo no habría mostrado vulnerabilidad alguna, habría resultado imposible que la niña que lleva dentro sobreviviera. Justine es, en algunos aspectos, una criatura frágil, lo cual a su vez la hace sexy. Sufre de amnesia parcial. Para ella el pasado es como un sueño. También me parecía importante que creyera en Dios. Si crees en Dios, experimentas con mucha más intensidad la angustia en el momento en el que te convences de que te has condenado. Las escenas de flashback nos muestran hasta cierto punto a una Justine diferente. Primero imité el lenguaje y la atmósfera de Poe. Para la escena de Los Ángeles en los años cincuenta, adopté esa realidad intensificada propia del James Ellroy de La dalia negra. El episodio de los años sesenta es el Pynchon de V y mis propios recuerdos de películas como The Trip, pero en plan cruel.

Tu estilo narrativo es muy directo, pero extrañamente poético.
Mi único objetivo era ser preciso. No creo que mi prosa suela tender a ser florida. No me gustan demasiado, por lo general, los autores que gustan de exhibirse. Ese tipo de prosa acaba interponiéndose entre el lector y la desnudez de lo que se le está mostrando.

¿Cómo de importante era para ti que Keith fuera músico, y por qué?
Yo mismo he tocado mucho. Tocaba el piano. Recitales de piano, de hecho. Y también estuve en un grupo. Hasta que me dañé los nervios de la mano izquierda. De modo que todo aquello surgió de mi propia experiencia. Las manos heridas de Keith… sabia cómo se sentía. Y por otra parte, normalmente suelo escribir con los auriculares puestos mientras escucho algo preferiblemente ruidoso y a todo volumen… Luego ni siquiera me acuerdo de qué era lo que estaba escuchando.

Lance Henriksen y Jennette Goldstein en Los viajeros de la noche.

Me da la impresión de que Acero podría leerse hoy en día casi como un tratado antropológico, ya que retrata a la perfección un momento y un lugar, Los Ángeles en los años 90. No sé si estarás de acuerdo con esa lectura, pero me gustaría saber qué era lo que observabas a tu alrededor en el momento de escribir la novela que te llevó a creer ese ambiente tan bien descrito.
Escribí Acero justo después de Brand New Cherry Flavor, que es más satírica, menos emocional. En cierto modo me pareció como si estuviera haciendo una continuación de esa novela. Algunos de mis amigos se engancharon a la heroína, así que supongo que eso debió influirme aunque sólo fuera porque era algo de lo que estaba rodeado. Recuerdo haber ido a comprar caballo en compañía de yonquis más experimentados. Tan pronto como decidí escribir la novela y ambientarla en ese tipo de entorno, los demás elementos, como el grupo de chavales góticos, empezaron a encajar por sí solos. Pero desde luego mi intención no era escribir un gran comentario sobre el momento. Lo único que me preguntaba continuamente, una y otra vez, era: “¿Estoy consiguiendo que tenga sentido?”. Y me preocupaba mucho llegar a entender de verdad a Justine, que no es una joven moderna. Para ello, me empapé de la novela de Georges Bernanos Diario de un cura rural y también de la adaptación al cine que de ella hizo Robert Bresson. También vi La pasión de Beatriz, de Bertrand Tavernier, más de cien veces. Los últimos dieciséis minutos de esa película retratan un ritual misterioso y perfecto que no dejó de conmoverme ni una sola vez, a menudo hasta el borde de las lágrimas. Y a continuación me ponía a escribir, justo después de ver el primer plano de su rostro, cuando está perdida y se da cuenta de que ha quedado condenada para siempre.

Si no me equivoco, llegaste a vender los derechos cinematográficos de Acero, pero al final nadie hizo nada con ellos. ¿Qué ha pasado con eso?
Lise Raven, que es una cineasta independiente, escribió un tratamiento e intentó ponerlo en marcha durante años, pero todos los grandes estudios no hacían más que decirle que ya tenían otra película de vampiros en marcha. Tanto Lise como mi agente, Lisa Callamaro, les decían: “¡Pero vamos a ver, si tenéis aquí todo los elementos posibles para hacer la película definitiva de vampiros!”. Pero hasta ahora no ha servido nada. Yo todavía tengo esperanzas de que algún día hagan la película, no sólo porque me parece que podría ser una buena película sino porque eso podría llevar a más gente a leer el libro. Sigourney Weaver y 20th Century Fox compraron los derechos de Brand New Cherry Flavor a cambio de bastante más dinero, pero en mi opinión sería una película más complicada de rodar. Acero sin embargo podría rodarse tal cual. Bastaría usar los diálogos del libro. No haría falta ni un solo plano de efectos digitales. Sólo un par de actores desconocidos y ser capaz de contar la historia de una manera sencilla y directa.

Pues ya que hablamos de cine, ¿cuáles son tus tres películas de vampiros favoritas?
Los viajeros de la noche, Conde Yorga, vampiro y Drácula de Bram Stoker (la de Gary Oldman).

EntrevistasLibros , , Un comentario

lunes 22 de marzo de 2010

Una banda sonora para Acero

Para celebrar que Acero y A la cara, los dos primeros títulos de Es Pop Narrativa, ya están en las tiendas, hoy os traigo una chorradilla simpática que espero que os haga gracia. Se trata de una banda sonora para Acero, elegida por el propio autor de la novela, Todd Grimson. Hace poco le estuve entrevistando para el dossier de prensa del libro y, teniendo en cuenta la importancia que tiene la música dentro de la trama y lo mucho que contribuye a su ambientación, se me ocurrió pedirle que elaborara una pequeña lista de temas adecuados para una hipotética banda sonora. Y este ha sido el resultado:

  1. Sueisfine, de My Bloody Valentine
  2. I Only Think of You, de The Horrors
  3. Jesus is On the Mainline, de Mississippi Fred McDowell
  4. Colony, de Joy Division
  5. Dreams Burn Down, de Ride
  6. Algo de Mazzy Star
  7. Más My Bloody Valentine
  8. Piano Sonata nº 1, de Alban Berg interpretada por Glenn Gould
  9. Visions de l’Amen, de Olivier Messiaen para dos pianos, interpretada por Serkin & Takahashi
  10. Cuarteto para cuerda nº 1, de Maurice Ravel
  11. Decades, de Joy Division
  12. Insight, de Joy Division
  13. Sonata para piano y cuarteto de cuerda, de Morton Feldman, interpretada por Yuki Takahashi y Kronos Quartet
  14. Algo de Ry Cooder tocando la slide guitar en plan lento, como en la banda sonora de Paris, Texas
  15. Reverence, de Jesus & Mary Chain

Ahora, gracias a Spotify, si tenéis interés por oír a qué suena esta recopilación urdida por el bueno de Todd Grimson o incluso ponerla de fondo mientras leéis el libro, tenéis ya todos los temas reunidos y colocados en orden en esta lista de reproducción.

Un par de comentarios acerca de la lista. Como veréis, el tema de Mazzy Star y el segundo de My Bloody Valentine no estaban especificados, así que estos en concreto los he añadido yo; «So Tonight That I Might See» porque me parecía que encajaba muy bien después del «Dreams Burn Down» de Ride y «Come in Alone» porque creo que refleja un momento muy concreto de la relación entre Justine y Keith y ese punto de semioptimismo que adoptan durante la segunda parte del libro. Por otra parte, no he conseguido encontrar la versión de Visions de l’Amen de Serkin & Takahashi, pero supongo que podremos apañarnos con esta grabación de 2006 a cargo de Andreas Grau y Götz Schumacher (cabe aclarar que Visions de l’Amen es una obra formada por siete composiciones, de las cuales he elegido sólo una, el «Amén del deseo», pues es la que personalmente más apropiada me parecía para el libro, pero ya que Grimson menciona la obra entera, dejo aquí otro vínculo a Spotify para quien quiera sumergirse por completo en las Visions de l’Amen de Messiaen). ¡Que ustedes lo disfruten!

LibrosMúsica , , , 11 comentarios

jueves 4 de marzo de 2010

El hombre de las portadas de acero

Bueno, pues siguiendo con la ya tradicional costumbre de destripar un poco el proceso de diseño de cada una de las portadas de los libros que vamos publicando (¡menos mal que tampoco son muchos!), hoy le llega el turno a la del primer número de la nueva colección Es Pop Narrativa: Acero, de Todd Grimson. Una portada a la que, por cierto, le tengo un especial cariño, no sólo por ser la primera que me animé a diseñar en solitario, sino porque además contribuyó a que mis socios en esta aventura, la buena gente de Valdemar, empezaran a ver la propuesta con otros ojos. Y es que, claro, una cosa es hablar en abstracto y otra muy distinta tener algo que marca la línea del producto ya en la mano. ¡A pesar de que el producto ni siquiera exista! (el primer boceto de los que veréis aquí se hizo antes incluso de haber comprado los derechos de Acero; y cuando digo «antes» me refiero como a un año antes). Pero volvamos al principio. Recordaréis que hará un par de meses os comentaba que mi amigo David Muñoz había dirigido un cortometraje titulado El último día (que podéis ver aquí). Aprovechando que la protagonista del corto, Ana Villa, salía en un par de escenas maquillada de vampira, y también su buena disposición, tiré de cámara y le saqué una buena tanda de fotos. Si tenéis curiosidad, podéis ver una selección de dichas instantáneas aquí, pero mi favorita, en cualquier caso, es esta:


Justo por aquel entonces acababa de leer Acero, un título que me habían pasado precisamente desde Valdemar para ver si se adecuaba a su colección de narrativa gótica. Y lo cierto es que no era el caso; Acero era demasiado contemporáneo, demasiado posmoderno y demasiado referencial como para justificar su inclusión junto a clásicos como Stoker y Lovecraft o incluso autores más recientes como William Hjortsberg y Shirley Jackson. Sin embargo, aquellas mismas características lo hacían perfecto para Es Pop. La idea de lanzar una colección de libros de narrativa contemporánea me llevaba rondando desde el primer día, aunque por el momento parecía quedar lejos de mi alcance. Pero de repente allí teníamos aquel título, perfecto para presentar una colección que yo no podía editar solo y, en mi opinión, equivocado para las líneas ya establecidas por Valdemar. La solución parecía evidente: editémoslo juntos. Para ilustrar el concepto de colección que tenía yo en la cabeza y aprovechando las fotos que había hecho durante el rodaje de El último día, preparé este apresurado boceto que podéis ver aquí abajo a la derecha:

Pincha para ampliar.


Es, efectivamente, la foto de arriba reencuadrada y mínimante retocada con Photoshop para hacerla un poco más fría y borrar el enchufe ese que se veía a la derecha. A la izquierda podéis ver la portada original norteamericana, que no me gusta nada pero sí ilustra un poco el concepto que quería reinterpretar: una cubierta sencilla, compuesta únicamente por la imagen, el título de la obra, el autor y una cita con atractivo comercial. Nada de logos ni de marcos, ni de sellos de colección. Mi idea era reproducir un poco ese aire a bestseller americano, para que a los libreros les entraran ganas de colocar nuestros libros entre las novedades de Planeta y… hala, a vender como locos. Por supuesto, como todos los mejores planes, este acabó yéndose rápidamente al traste por culpa de mis manías, una de las cuales es que no me suelen gustar demasiado las portadas realizadas a partir de fotos. No me malinterpretéis: hay algunas portadas fotográficas verdaderamente magníficas, pero sí creo que el uso de la fotografía está excesivamente extendido y que, encima, está copado por el trabajo de agencias como Corbis o Getty, con lo cual además corres el riesgo de que te pasen cosas como esta, esta o esta otra. El caso es que, no sólo por estética sino también, a qué negarlo, para que llamaran un poco más la atención, decidí que uno de los rasgos definitorios de la colección debería ser que todas las portadas fueran ilustradas.

Pincha para ampliar.


Mientras tanto, como podéis ver aquí arriba, seguí dándole vueltas y usos a esta otra foto de El último día. En este caso son pruebas para la carátula del DVD, pero las incluyo aquí para veáis el modo en el que intentaba potenciar ideas como la de que las letras «pincharan» el cuello de la protagonista (como en la primera) o la de que dieran un poco una impresión cortante (como en la segunda). Todo esto, evidentemente, como campo de pruebas para cuando llegara el momento de diseñar la portada definitiva de Acero, para la cual ya tenía en mente a un único ilustrador.

Pincha para ampliar.


Las dos imágenes que veis aquí arriba son de David Sánchez, ilustrador e historietista y diseñador de las publicaciones de la editorial Errata Naturae (no dejéis de echarle un vistazo a su espectacular El destripador). Para mí, David es uno de esos ilustradores que incluso cuando trabaja desde una referencia fotográfica es capaz de mantener un estilo reconocible y personal. Aparte de eso, me gustan mucho cómo trata el color y el grosor de su trazo. Por eso, una vez comprados los derechos de la novela y tras haber decidido que sí, que íbamos a utilizar mi boceto inicial como punto de partida, supe de inmediato a quién quería encargarle la ilustración. Afortunadamente, a David le interesó el trabajo y rápidamente me envió esta primera imagen que podéis ver abajo a la izquierda.

Pincha para ampliar.


Como veis, el (a mi juicio) mayor hallazgo de la portada ya está ahí presente: la mancha de rojo que divide la imagen en dos. Debo reconocer que me sigue gustando mucho el contraste únicamente entre blanco y rojo, pero me daba miedo que fuera excesivamente agresivo para el lector y además quería algún elemento azul que recordara pues, eso, la frialdad del acero y que me sirviera de nexo de unión con un detalle azul que tenía pensado para el lomo. De modo que le pedí a David que coloreara de azul la parte inferior del rostro de la chica y un par de detalles mínimos más (que el rojo no entrara dentro de la boca y cambiar la posición del reflejo en el ojo). Como veis, la portada quedó prácticamente terminada desde el primer dibujo.

Pincha para ampliar.


Aun así, yo soy un poco de natural paranoico, y cuando algo me gusta mucho desde el primer momento siempre lo toqueteo un poco, más que nada para ver si la opinión inicial se sostiene o si es únicamente fruto del entusiasmo. Por eso, probé otras combinaciones de colores sobre la misma ilustración para ver de qué manera cambiaba la primera impresión. Aquí arriba podéis ver las tres que hice antes de reafirmarme en que no, no hacía falta cambio alguno y que la combinación rojo-azul-blanco era perfecta y lo suficientemente llamativa como para gritar desde la sección de libros de misterio y terror, donde lo que predominan son los tonos negros. Así pues, una vez decidida la portada, sólo quedaba escoger los elementos gráficos que debían ir en la contraportada y en una de las solapas. Acero es una novela bastante coral, pero el eje que mueve todas las relaciones es el compuesto por Justine, una vampira francesa del siglo XV que vive en el Los Ángeles de mediados de los noventa; su compañero Keith, un antiguo guitarrista de un grupo postpunk que tuvo que abandonar la música después de que unos matones le rompieran los dedos; y David, un antiguo enamorado de Justine convertido al vampirismo por ella que ahora la busca para vengarse. Pensé que sería buena idea reflejar este triunvirato en el diseño de la portada, así que le pedí a David (Sánchez, no el vampiro) que me dibujara una mano con los dedos vendados para la contra (tal y como se describen los de Keith en el libro) y para la solapa un sable ensangrentado, ya que David (el vampiro, no Sánchez) utiliza repetidas veces uno en la novela.

Pincha para ampliar

Aquí arriba tenéis la ilustración definitiva que me hizo David, con los tres elementos ya colocados en su sitio. De toda la cubierta, debo reconocer que casi lo que más me gusta es la mano de la contra. Por momentos me arrepiento de haberla utilizado aquí porque habría sido una portada súper impactante para alguna otra novela, pero eso supondría esperar a encontrar otra en la que el protagonista también llevara los dedos vendados, y no era plan. Aquí abajo os dejo, en fin, el resultado definitivo, ya con todos los textos colocados en su sitio (con el título bien cerca del cuello, como en la primera carátula de El último día), su ISBN, su foto del autor y, bueno, todos esos elementos que indefectiblemente afean la ilustración pero que se imponen como inevitables. ¡La semana que viene os espero aquí para hablar de la portada de A la cara!

Pincha para ampliar

Más sobre Acero, de Todd Grimson
Características: 14 x 21,5 centímetros.
Rústica con solapas. 272 páginas.
ISBN: 978-84-937771-1-1
Precio: 17 €

Dossier en PDF (incluye 15 páginas de adelanto)
Alta resolución (5,1MB): http://www.espop.es/prensa/acero.zip
Baja resolución (616KB): http://www.espop.es/prensa/acero_low.pdf
Portada: http://www.espop.es/prensa/acero_portada.tif

Otras entradas sobre diseño de portadas

·  Schulz, Carlitos y Snoopy: una portada
·  Cubriendo los trapos sucios
·  Sexo implícito: cómo se hizo la portada de El otro Hollywood
·  James Bond Recovered
·  En portada: John Gall

DiseñoLibros , , 10 comentarios

lunes 22 de febrero de 2010

Llega Es Pop Narrativa

Bueno, pues después de tanto misterio y de tanto andarse por las ramas, por fin llegó el momento de anunciar oficialmente ese proyecto al que llevo aludiendo desde finales del año pasado y que finalmente llegará a las tiendas, convertido en realidad, el próximo 12 de marzo. Se trata de Es Pop Narrativa, una nueva colección coeditada junto a mis amigos de Valdemar (bajo el sello conjunto Valdemar/Es Pop) con la que pretendemos dar a conocer en castellano novelas contemporáneas de género con un marcado acento pop. Bueno, lo del marcado acento pop es un poco el ángulo de venta y la típica frase chorra con la que uno intenta diferenciarse frente a las tropecientas colecciones de narrativa que abarrotan el mercado; en realidad de lo que se trata es de publicar una serie de novelas cojonudas y muy escogidas que por algún motivo inexplicable han escapado a la atención de los grandes grupos editoriales, pero esto, claro está, no lo puedo decir con esas palabras más que aquí, que estamos en familia. Por otra parte, hay que reconocer que tampoco abundan los títulos que cumplan ambos requisitos (que nos parezcan verdaderamente buenos y que hayan conseguido escapar a las garras de los grandes grupos) así que tampoco esperéis un ritmo de publicación demasiado alocado. Probablemente saquemos cuatro novedades este año y, si todo va bien, otras seis para el siguiente. Más allá de eso, ya veremos.

Así estaba la semana pasada el suelo de mi estudio entre pruebas de color,
ferros, plotters, monstruos, primeras muestras y correcciones.

¿Qué más os puedo contar? Pues que la colección está inspirada en otras de fuera, como Vintage Crime en Estados Unidos y Serpent’s Tail en Gran Bretaña; es decir, sellos más preocupados por reunir una alineación de autores coherente y con personalidad propia que por editar a lo loco; sellos que cuidan el aspecto de sus libros para que el diseño haga honor al contenido y sea atractivo a la vista en vez de plantar una fotografía comprada en un banco de imágenes y retocada con Photoshop. Vamos, que la idea es editar lo justo, pero bien. Y sobre todo garantizar una continuidad en la calidad de los títulos para que el lector tenga la seguridad de que no le vamos a vender gato por liebre. ¿Qué tipo de títulos? Bueno, creo que los dos escogidos para lanzar Es Pop Narrativa dan una buena idea de lo que queremos que sea la colección. El primero, Acero, de Todd Grimson, es una original novela de vampiros protagonizada por el guitarrista de un grupo postpunk (de ahí lo del «marcado acento pop» que os decía antes). El segundo, A la cara, de Christa Faust, es un brutal relato de venganza capaz de continuar una larga tradición marcada por obras como Get Carter y A quemarropa, a la vez que la subvierte con un punto de vista completamente nuevo y una serie de giros del todo inesperados.

Como de costumbre, no espero que os fiéis únicamente de mi palabra, así que aquí tenéis, para ir abriendo boca, un adelanto en PDF de cada uno de los libros. El de Acero podéis bajároslo pinchando aquí.
Y el de A la cara podréis encontrarlo aquí.
Aparte de eso, a continuación encontraréis las fichas promocionales que he preparado para cada uno de los títulos. Como siempre, haced cualquier uso que os parezca de ellas. Copiadlas, reposteadlas, reenviadlas por mail, pasadle los detalles a vuestros libreros, contádselo a vuestros amigos en los bares… ¡lo que sea! Ya de antemano os agradezco cualquier tipo de difusión que le podáis dar al material. No me importa reconocer que estoy particularmente ilusionado con esta colección y que espero que sea igual de bien recibida o incluso mejor que los libros que he publicado hasta ahora en solitario. ¡Ya me diréis si os gustan!


ACERO
Todd Grimson

Justine es una vampira francesa de origen medieval. Keith era guitarrista en un grupo post-punk hasta que unos matones pagados por un novio celoso le rompieron las manos. Primero obligado y luego en honor al imprevisto vínculo que ha surgido entre ellos, Keith se encarga de proteger a Justine durante las horas de sol y de conducirla por todo Los Ángeles en busca de presas para saciar su sed. El resto del tiempo lo dedican a charlar, a fantasear juntos y a crear un mundo propio y cerrado, aislado del exterior. Sin embargo, su privado universo de paz está a punto de llegar a su fin.
David Henry Reid era actor en los tiempos del cine mudo. Hasta que una noche fue mordido por Justine. Desde entonces, ha pasado casi un siglo obsesionado por volver a reunirse con ella, sólo para verse rechazado. Movido por una insaciable crueldad refinada a lo largo de varias décadas como vampiro, David se dispone a vengarse de Justine… y de todos aquellos que encuentre cerca de ella.
La situación es más compleja, pero el resumen es ese. Bienvenido a Los Ángeles, una ciudad capaz de hacer realidad todos tus sueños. El problema es que hay sueños que sería mejor no realizar nunca. Todd Grimson transforma las convenciones de la ficción vampírica para revelarnos una historia de amor apasionada y perturbadora, íntima y brutal. Vivir por amor. Morir por amor. ¿Y después qué? Esto.

«Todd Grimson es el escritor americano más innovador del momento, un maestro del noir, un brillante estilista de la prosa. Acero es Anne Rice para sofisticados y la primera gran novela de vampiros de la era posmoderna».
James Ellroy, autor de L.A. Confidential y La Dalia Negra

«Si Raymond Chandler o Flannery O’Connor hubieran escrito una novela de vampiros, podría leerse con la brutal y apasionada claridad de Acero. Grimson va pelando y explorando capa tras capa de corrupción hasta descubrir el corazón de una historia de amor devastadora».
Katherine Dunn, autora de Amor profano

Características: 14 x 21,5 centímetros. Rústica con solapas. 272 páginas.
ISBN: 978-84-937771-1-1
Precio: 17 €

Dossier en PDF (incluye sinopsis, reseñas, entrevista con el autor y 15 páginas de adelanto)
Alta resolución (5,1MB): http://www.espop.es/prensa/acero.zip
Baja resolución (616KB): http://www.espop.es/prensa/acero_low.pdf

Portada: http://www.espop.es/prensa/acero_portada.tif


A LA CARA
Christa Faust

Angel Dare creía llevar una vida perfecta y ordenada. Hasta que su pasado regresó de imprevisto para sumergirla en una espiral de violencia. Brutalmente agredida, dejada por muerta y acusada falsamente de asesinato, Angel se verá obligada a huir de la justicia al mismo tiempo que de la organización criminal que quiere acabar con ella. Pero Angel no está dispuesta a seguir siendo una víctima indefensa. Armada con todos los recursos aprendidos durante una década como profesional de la industria del cine para adultos, e impulsada por una furia incontrolable, no dudará en hacer todo cuanto sea necesario hasta conseguir que sus agresores paguen por todo lo que le han hecho.
Christa Faust reinventa el género negro desde un punto de vista puramente femenino, pero tan áspero y cortante como el de los mejores maestros del hardboiled. El resultado es una novela trepidante y sorprendente con la que Faust ha ido a unirse a ese pequeño pero imprescindible grupo de autoras que, de un tiempo a esta parte, están renovando un estilo tradicionalmente masculino con un ímpetu, un desparpajo y una dureza propios de los grandes clásicos.

«Un libro duro y oscuro, lleno de estilo e inventiva, que no hace sino crecer hasta llegar a un desenlace arrollador».
Allan Guthrie

«Una novela negra incisiva escrita con gran estilo y de lectura absorbente».
Ramsey Campbell

«Christa Faust es como la única morena en un mundo lleno de rubias».
Quentin Tarantino

Características: 14 x 21,5 centímetros. Rústica con solapas. 256 páginas.
ISBN: 978-84-937771-0-4
Precio: 16 €

Dossier en PDF (incluye sinopsis, reseñas, entrevista con la autora, making of y 20 páginas de adelanto)
Alta resolución (5,4 MB): http://www.espop.es/prensa/alacara.zip
Baja resolución (572KB): http://www.espop.es/prensa/alacara_low.pdf

Portada: http://www.espop.es/prensa/alacara_portada.jpg

Libros , , , 29 comentarios

Ser una estrella de rock es la intersección entre quién eres y quién quieres ser.
Slash
Popsy